Hace ya diez días de la entrada de la primavera y ya empiezan a verse por los campos alguna margarita, dientes de león, aqui llamados pichacamas, y otras flores como la que se ve más abajo. Animado por esto, el otro día me cojo la camara con el objetivo macro y me voy para Idoya a ver si pillo algo. Para variar, hace algo de viento con lo que el asunto se pone un poco dificil. Dejo la carretera y me adentro en el camino a la ermita. A la altura de la fuente de San Pedro, me encuentro un limón en el suelo, no sabía yo que teniamos limoneros por estos andurriales, levanto la vista y más adelante otro limón en el suelo, esto va a ser que Jean Philippe, que vive en una borda un poco mas arriba a perdido parte de la compra por el camino. Los recojo y los pongo en la pequeña columna que hay en las escaleras que bajan a la fuente e improviso un bodegon limonero.
Sigo el camino sin ver nada interesante hasta casi llegar a la ermita, allí en el suelo al abrigo del aire, que cada vez es mas fuerte, encuentro unas pequeñas flores azules y he aqui el resultado.
El aire ya es vendaval, por lo que recojo el macro a la mochila, subo a Idoya y me bajo por el Camino de la Perdiz de regreso a casa con parada en el cementerio. Ya llegaran días mejores.
31 de marzo de 2011
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